jueves, 2 de agosto de 2012


Trucos sencillos para que Tu Hogar huela bien

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Seguro que en más de una ocasión alguien cercano y de confianza te ha preguntado: "¿Has ventilado hoy? Es que el ambiente está muy cargado". Aparte de sonrojarte y decir que sí, hay soluciones sencillas y eficaces que pueden ayudarte.
Para disfrutar de una atmósfera fresca y saludable no basta con ventilar la casa durante media hora al día. Al igual que nuestro cuerpo reacciona de manera natural frente a un perfume o colonia, nuestras casas tienen un olor natural que reaccionará con las esencias que introduzcamos en él.
La cultura de 'perfumar' una estancia es un ritual que se ha impuesto poco a poco en España procedente de los países nórdicos y anglosajones. Entre las fragancias más utilizadas están la lavanda, la vainilla, el jazmín o la colonia de bebés. La madera, el olor a flores recién cortadas o las hierbas silvestres son otros de los aromas preferidos.
Alimentos como el café, la canela o el chocolate también resultan sumamente agradables al olfato y transmiten sensaciones agradables y placenteras volviendo la casa mucho más cálida y acogedora.
Si quieres sorprender a tus invitados, coloca en un recipiente  unas cáscaras de naranja secas y unas hojas de menta frescaPero, ¿cómo conseguimos que el olor impregne la casa sin saturarnos o resultar demasiado empalagoso? La clave está en no excederse y en no mezclar. Puedes optar por colocar en la entrada un quemador de esencias con  aceite o unas barritas de incienso.
Además de los poutpourris, varas difusoras y quemadores de esencias... también puedes pulverizar tu fragancia preferida por las alfombras, edredones, cortinas y el sofá. El olor se quedará en el ambiente sin resultar demasiado embriagador.
Existen incluso aromas que calman la tensión y el estrés. Su perfume contribuye a la relajación y favorece un sueño tranquilo y reparador.
Hay gente que va un paso más allá y rocía las bombillas de las lámparas con colonia o alguna esencia (¡cuidado con esto!).  Si no quieres llevarte un susto, hazte con unos aros de barro blanco que se colocan en los cuellos de las bombillas y se le echa esencia. El calor de la bombilla calienta el barro y éste hace de difusor de la esencia de una forma muy sutil, en caso de tocar el cristal, existe el riesgo de que estalle la bombilla.
Para que la ropa huela bien, coloca unos saquitos perfumados o echa unas gotitas de perfume cuando planches (por ejemplo detrás del cuello de las camisas). En los cajones, coloca unas pastillas de jabón artesanal.

Para las habitaciones se pueden utilizar los humidificadores de los radiadores como difusores de vapor perfumado, dejando caer unas gotitas de aceite esencial o perfume en el agua. 

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